Luca Paulis
25/09/2014
MI EXPERIENCIA ERASMUS – PLACEMENT
Sin duda una de las experiencias más intensas que se pueden vivir en
la universidad es la de irse de Erasmus. Es una oportunidad que sirve para
aprender, tanto sobre la vida laboral como sobre la vida cotidiana, y por
supuesto también para divertirte.
Intentaré englobar mi experiencia Erasmus en pocas líneas, aunque sea
casi imposible por la cantidad de acontecimientos que hay que contar.
Empezaré contando un secreto: ¡al principio tenía un miedo increíble! Solo
imaginar que iba a pasar cuatro meses en otro país, sin conocer a nadie, empezando
todo desde cero me asustaba, pero la curiosidad y las ganas de sentirme libre,
independiente, intentando superar los retos que supone vivir en un país extranjero,
aplacó cualquier temor.
La beca Erasmus llegó gracias a la Universidad donde estudio, y cuando
tuve la posibilidad de elegir entre todos los posibles países a los que podía
marcharme, elegí España sin nisiquiera pensarlo mucho.
Tengo una relación muy especial con España, que se desarrolló desde
que empecé a estudiar esta lengua tan especial y rica como es el Castellano.
La suerte me hizo llegar a Toledo, ciudad que se encuentra en el
corazón de España, capital de la comunidad autónoma de Castilla La-Mancha, y a
escasos kilómetros de Madrid.
Cuando llegué a Toledo, el 4 de Junio, enseguida me dí cuenta del tipo
de ciudad peculiar que es: ciudad histórica, situada sobre un alto peñón
rodeado por el río Tajo, conocida por su acero y su damasquino, y también
llamada “ciudad de las tres culturas” por haber estado poblada durante siglos
por cristianos, judíos y musulmanes.
Este año coincidí con el cuarto centenario de la muerte del pintor “El
Greco”, que dio la posibilidad a todos de acercarse a la exposición de obras de
Doménikos Theotokópoulos, junto a un programa de
actividades culturales que permitieron descubrir su extraordinaria pintura.
Antes de partir, ya había encontrado una agencia de traducción e
interpretación y escuela de idioma llamada “Verbálika”, donde tuve la
posibilidad de trabajar de práctica mejorando no solo mis conocimientos, sino
también mis capacidades lingüísticas a través de traducciones juradas y clases
de inglés (por primera vez como profesor), estando rodeado de un entorno
familiar y a la vez profesional.
En particular, dar clases de apoyo de inglés ha sido una novedad para
mí, me ayudó a desarrollar algunas competencias que me hacían falta, como por
ejemplo la de hablar en público, organizar y gestionar el trabajo, crear un
ambiente de trabajo ideal, todas habilidades que requieren mucho tiempo y
esfuerzos pero que se te devuelven una vez que ves una sonrisa en las caras de
tus alumnos cuando consiguen acabar un ejercicio sin errores.
En general la experiencia ha sido muy positiva, con momentos en que
realmente te das cuenta de que vives en un entorno multicultural, conociendo a
gente de diferentes países, con distintas culturas, distintas historias, y
distinto pensamiento. Pero la verdad es que a veces habrá momentos en que echaréis
de menos vuestro entorno familiar, es normal, y todo está en ayudarse
recíprocamente con vuestros amigos así que podréis superar ese momento de
manera más fácil y rápida.
Eso es todo, os he contado lo que considero más importante sobre esta
experiencia Erasmus, y para quienquiera esté planeando irse de Erasmus, quiero
dar un consejo: No dejéis que nada ni nadie os impida iros, porque renunciar a
vivir una experiencia tan enriquecedora e inolvidable como esta será una de las
cosas de la que más os arrepentiréis a lo largo de vuestra vida.
¡Hasta pronto España!
Luca.